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Ex-novia un raro amor

Di, ahora mi ex-novia, era una chica linda. Pelo castaño, ojos marrones y un cuerpo que no aparecía como exhuberante pero que resultaba muy atractivo. Su pelo lacio me encantaba, la forma en que sus pechos (normales de tamaño pero extremadamente parados y duros) llenaban su sostén y lograban resaltar en su ropa era algo que me volvía loco. A la hora del sexo, Di era algo fría. Nunca llegué a comprender bien por qué reaccionaba así cuando estábamos juntos. Solíamos quedarnos a la noche en su casa en un sillón muy juntos y comenzábamos toda clase de juegos y toqueteos que terminaban con ella sin su sostén, ni su bombacha y yo con mi pene afuera de los pantalones. Claro que estando en su casa no me permitía nada más que llegar al clímax sin penetrarla, creo que algo de pudor había en sus actos. Por lo general me masturbaba con su mano o su boca y luego, nada. Pero seguía sin comprender por qué en algunos momentos parecía alejarse y enfriarse. Incluso teniendo esos terribles orgasmos cuando le metía mi lengua en su húmedo hueco, que ella no rasuraba ya que me volvía loco todo ese bello rizado y marrón de su entrepierna, o cuando mordía sin pausa sus pezones duros y parados, ella parecía estar, al menos, distante.
En los hoteles a los que íbamos, ella se prestaba a todo juego imaginado. Nunca dejó que la penetrara por atrás, aunque sí lograba meter mi mano allí en el momento del orgasmo, cosa que la ponía tiesa y la estremecía. Aún recuerdo que en nuestra primera vez (ella era virgen) estaba muy nerviosa al entrar a la habitación, pero una vez desnuda en la cama pareció serenarse a punto tal que, luego de unas horas allí, terminó acabando una vez encima de mí gritando de placer como si lo hubiera hecho toda su vida.
Pero un día lo comprendí todo. Sí, todo lo que pareció raro en algún tiempo de pronto se aclaró.
Y fue cuando ya estábamos alejados. Ella, sola, no había tenido otras relaciones después de mi. Yo, en cambio, había salido con otras mujeres, aunque estaba todavía en la etapa de acordarme de su cuerpo y su sexo cuando me acostaba con otra.
Di tenía un círculo muy especial de amigas. Muy unidas en toda la etapa de colegio y aún muy juntas en la universidad, solíamos salir con ellas y sus parejas. Incluso había dos de ellas que me gustaban mucho.
Una noche sonó el teléfono. Al atender descubro la voz de Di. Me invitaba a tomar un café y charlar, se oía nerviosa.
Nos encontramos en un bar con mucha gente, ruidoso. Me contó de su vida en ese tiempo en que nos habíamos separado y luego me invitó a casa de una amiga a una fiesta de cumpleaños.
LLegados allí estábamos en el living de una linda casa con varios invitados. Las horas fueron pasando y resultamos quedarnos sólo Di, su amiga y yo.
En un momento Di y Vi (así la llamaré) fueron a la cocina a limpiar los trastos. Se tardaban demasiado, así que decidí ir yo también.
Y allí entendí todo. Di era bisexual, pero parecía disfrutar más con mujeres.
Di y Vi estaban besándose. Cada beso era más profundo, más salvaje, y Vi que me miraba por sobre el hombro de Di, la tocaba en su cuerpo y llamando con su mano estirada para que me uniera a la fiesta.
Me paré detrás de Di y comencé a acariciar sus pechos. Vi nos llevó de la mano a su pieza, no hablábamos. Al llegar, ella me separó y dijo: "...sólo mira..".
Desnudó a Di, quien hizo lo propio con ella, y la recostó en la cama. Comenzó a tocarla, sus dedos suaves deslizaban por la piel de Di erizándola, Di también la tocaba, gimiendo ambas. Yo parado allí estaba muy excitado y a punto de correrme.
Vi era muy linda. Sus pechos firmes y más grandes que los de Di y una vagina muy grande y velluda la hacían más deseable aún.
Comenzaron a chuparse mutuamente hasta acabar en un gemido largo y prolongado. Vi se paró, me atrajo hacia sí, me besó y desnudó por completo arrojándome sobre la cama al lado de Di.
Se metió mi pene en su boca y comenzó a mamarlo. Di sentó su vagina sobre mi cara y me deleitó con sus jugos. Acabé pronto, llenando la boca de Vi, parecía estar en un sueño.
Vi se colocó luego un pene de plástico y se folló a Di por delante. Se detuvo sólo para que yo la follara por detrás al mismo tiempo. Di gemía de placer, su cuerpo se tensaba y aflojaba en cada movimiento. Hicimos el amor a Vi de la misma forma que a Di. Di me dejó follarme a Vi con ella mirando y poniendo su vagina en la cara de Vi para que la mamara.
Fue algo especial. 

Autor: aznavour1@yahoo.com


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