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El lugar de Trabajo

Ella llegó de improvisto a mi oficina, trabajaba como administrador de un centro de computo. Una falda larga, senos como mandados del cielo, ojos café claros, un trasero como cualquiera quisiera. Cuando se acercaba parecia desearme y pero eran ilusiones mias. Muchas veces llegaba al centro de computo y me visitaba, pero nunca pasaba ni de un beso. Siempre estaba alegre me contaba sobre como le iba en clase y no más.
Aquel día, me pidio prestado el computador de mi oficina (un viernes en la noche), yo accedí porque no había muchas personas (no estaba mi jefe). Salí y al volver me encontré con la sorpresa que estaba en una página no muy común para las mujeres, no demostre mi sorpresa y le pregúnte "Te gustan grandes?" y ella constestó, me gusta que me lo hagan por mucho tiempo, no importa si es muy grande!!!. En ese momento, por cosas del destino se daño el aparato que da la señal de internet, y bueno tuve que sacar a todas las personas de las salas de computo. Fui a mi oficina y le pregunte, bueno y ahora que vas a hacer ?... Ya no puedes seguir viendo lo que querias!. Y ella me dijo, pero si podemos hablarlo contigo, o no? Yo respondí, claro que sí, espera un momento vuelvo. Me sercioré que todos hubieran salido y que las puertas estubieran cerradas. Al volver estaba mirando un rodilla, tenía su falda algo subida, con su mano suavemente acariciaba su rodilla, se había golpeado ese día. Le pregunté que te paso, tienes un negro?.
Con una preciosa sonrisa y con sus ojos brillantes me dijo, por que me quieres curar?.
Le dije, si me permites podría aliviar tu dolor. Con un gesto, asintió. Mi manos estabna heladas, las froté y empece a acariciar su rodilla, expresaba lo bien que se sentía y no quería que me detubiera. Al cabo de un  momento, después de conversar y hacerla sentir mejor, comence a subir un poco más la mano y llegue a su muslo, caliente y suave, yo frotaba muy suavemente y ella cerraba los ojos para sertirme mejor.
Subí la mano hasta llegar muy cerca de su sexo pero sin tocarlo, despacio, muy despacio, ya podía ver su pequeña y esquisita tanga. Abrio sus ojos y mirandome empezó a acercarse, me beso con dulsura, como si núnca hubieramos besado, con pasión, ardiente, caliente. Tomé sus manos y le hice poner de pie. Nos abrazmos ,nos seguimos besando, su lengua contra la mía, era una pelea perfecta. Comence a bajar mi manos hasta su cintura, era una falda descaderada, podía sentir su piel, yo estaba deseoso de palpar aquellos bellos y suculentos senos, por debajo de su bluza, los tomé, duros y calientes exquisitos, deliciosos, subí la bluza y los tomé como bebe recien nacido, rodeaba a quellos montes con mi lengua, mientras ella desabrocha mi cinturon y bajaba mis pantalones. Yo estaba muy, pero muy, parado, empezó a bajar hasta llegar a mi sexo, y con su lengua daba vueltas a mi cabeza, luego con sus labios lo apretaba lo que mas podia, entrando y saliendo de su boca, sentía su lengua moverse dentro. Al buen rato, de pedí que se parara y se sentará en una mesita cerca, sentada toque sus piernas y las separé, subí completamente su falda, y hay estaba, muy bien peluqueada, mojada, caliente, sedienta de sexo, baje y mi lengua podía sentir el sabor insaciable de esa mujer, mis manos en su cintura podian sentir los movimientos de su cuerpo, cada vez que tocaba su muy durito clitoris, cada vez que penetraba con mi lengua su vagina, no dejaba de moverse de sentirme, sus gemidos, su cuerpo, y su fuerza al apretarme, me mostraba la sed que tenia de mí. Pasaron varios minutos, cuando me dijo que no podía más, que necesitaba de mi, que necesitaba, tenerlo dentro, me levanté y muy suavemente la empece a penetrar, la empece a penetrar como si ella fuera virgen y yo lo sentía así. Muy apretadita, muy calientita, muy mojadita, varias veces pude hacerlo, lo disfurtó al límite, empece a hacer más fuerte y ella gritaba, gemia, hasta su llegar. Era la primera vez que sentía el venir de una mujer, mojados, me abrazó y me besó. Pero en un momentico ella quería, más. Empezamos nuevamente y ahora yo estaba por explotar, no soportaba más, ella dandose cuanta por mis gestos y gemidos, paro, pero no para detenerme, solamente bajó y empezó a hacerlo con su boca, fuerte muy fuerte hasta que no aguante más, sentía mi semen recorrer mi pene hasta llegar a su boca, hasta su delicada cara. Siguío haciendolo hasta que me bajó. Fue excelente, fue exquisito.

Quisiera volverlo hacer, quisiera volverla a ver. Luego de varias noches no nos volvimos a ver. Pero esa mujer fue lo mejor sexualmente, fueron las mejor noches que he pasado. LUZ MARINA, quisiera volver a pasar una noche contigo.

Autor: paradota@hotmail.com


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