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Buscando un hombre.

Esta tarde estaba particularmente inquieta, hacia justo un mes que me había peleado con mi novio, estuve toda la tarde tratando mal a todos, me encerré en mi cuarto, quise mirar televisión, pero no podía,  sentía mis tetas firmes, mis pezones turgentes, puse un video porno y me tendí en la cama, acaricie mi sexo y lo sentí húmedo, necesitaba sexo, mientras miraba el video, me masturbaba introduciendo dos dedos en mi vagina, necesite meterme tres dedos para obtener un orgasmo.

Pensé en llamar a algún amigo, con algunos de ellos había tenido sexo (en verdad con casi todos), pero no había tenido real satisfacción con ellos, me di una ducha, me puse un vestido y salí, tomé el auto y fui a dar una vuelta por la rambla, la noche recién comenzaba y había muchas parejas paseando, abrazados o sentados en la rambla besándose.

Seguía paseando, cuando de pronto siento un andar mal del auto, había pinchado, hoy no es mi día pensé, mientras llamaba al auxilio, al rato llegó la camioneta del auxilio, bajo un mecánico bajo, morocho, nada atractivo, comenzó con la reparación, luego me pidió que le abriera la cajuela para sacar la auxiliar, nuestros cuerpos se rezaron, sentí nuevamente la inquietud, el joven que no era tonto noto mi perturbación, yo me quede quieta en el mismo lugar, el tenia que tocar mi cuerpo para continuar con su trabajo.

Su brazo fuerte rozó mis senos, sentí que no podía más, cuando termino, subió ala camioneta y abrió la puerta del acompañante, me dijo -me firmas la reparación-, yo subí a la camioneta y sin decir nada, comencé a acariciar el pecho desabrochando la chaqueta, percibí su olor a macho en celo. Puso en marcha la camioneta, le costaba manejar por la rambla, porque yo le había desabrochado el pantalón y sin ninguna vergüenza estaba chupandole el pene que se ponía cada vez más duro y firme.

Buscó un lugar oscuro donde poder parar, yo seguía chupándole el pene, el me permitió hacerlo, luego me puso como una perrita en el asiento de la camioneta, el bajo, me tomo por la cintura y comenzó a meterme el pene, en tres envestidas logró introducirlo totalmente en mi vagina, metía un movimiento rítmico y en cada envestida parecía que lo introducía más profundo, yo quería ayudar y baje mis brazos, para que la penetración fuera más profunda. Logró hacerme llegar a un orgasmo rápidamente.

Luego que sintió mi orgasmo sacó su pene de mi sexo y me lo volvió a introducir en la boca, haciéndome saborear mis propios jugos mezclados con los de él, así volví a chupársela hasta que me volvió a poner en -cuatro patas-, me todo por detrás nuevamente y sin miramientos introdujo su pene en mi culo, yo estaba loca de placer, no podía negarle nada, él tampoco me lo pedía solo lo tomaba, nuevamente logró introducir todo su pene en mi culo con pocas envestidas, sentía como sus testículos pegaban en mis nalgas mientras me penetraba, yo pedía más y más, sentí entonces su eyaculación dentro mío y tuvimos ambos un orgasmo estupendo.

Nos sentamos nuevamente, el me llevó hasta donde estaba mi auto,  le firme la boleta y se fue, mientras miraba como la camioneta se perdía en el transito de la rambla, pensaba que en ella se iba el hombre que me había tomado lo que nunca le había dado a ningún otro, y que ni siquiera sabía como se llamaba.

Autor: psicoalberto@conectate.com.uy 


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